Realidad II
Las ciudades se extienden como selvas de cemento; actividades humanas han crecido y se han extendido frenéticamente, la naturaleza no es ya la simple morada del hombre, herencia de los dioses, sino el dominio absoluto, sometida por el hombre, que la ha transformado a su antojo y conveniencia hasta quedar irreconocible, que evidencia la carencia de sensibilidad y falta de conciencia generalizada; pero hoy como nunca el poder se le escapa de las manos del hombre que conspira y atenta hasta hacerle peligrar su propia existencia como especie sobre la tierra.
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